Bulgaria es uno de los países más desconocidos de Europa por el turismo, es por eso que al empezar a buscar información para organizar nuestro viaje nos fue difícil encontrar cosas.
Antes de ello ya sabíamos cosas de él por otros blogs y por alguna cosa que habíamos oído de gente que había ido, pero poco más, por eso ha sido todo un descubrimiento para nosotros este país y no dudamos que en algún futuro volveremos a ver las zonas que nos han quedado por ver.
Lo bueno de no ser tan conocida es que aún no está del todo masificado por el turismo, está cerca de España y el clima, gastronomía es perfecta para ir con niños.
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Nuestra ruta en coche:
La primera idea era llegar hasta la costa la gran olvidada cuando se visita Bulgaria, pero como la segunda parte del viaje era a Rumania la sacamos de ruta por falta de tiempo.
Nuestro vuelo nos llevaba de Madrid a Sofía de madrugada, por eso nuestra ruta empieza en la capital de Bulgaria.
Día 1: Sofía
El primer día lo dedicamos para visitar esta ciudad y pasear por sus calles. De esta ciudad no podemos dejar de destacar las cosas que más nos sorprendieron, su Catedral de Alejandro Nevski, su iglesia rusa y las ruinas de Serdica.
Día 2: Iglesia de Boyana – Monasterio de Rila
Antes de ir hacía Rila paramos en la Iglesia de Boyana a las afueras de Sofía, la estética exterior no dice mucho de ella, pero los frescos de su interior son impresionantes y no nos extraña que fuera declarada patrimonio de la UNESCO por ellos.
El destino final del segundo día fue el Monasterio de Rila, habíamos visto muchas fotos de él, pero en directo es sorprendente. Sobretodo destacan sus frescos en las paredes y el entorno único donde está.
Día 3: Plovdiv
La primera intención era visitar Koprinska de camino, pero al tener que desviarnos mucho fuimos directos a Plovdiv, donde visitamos su teatro romano, su casco antiguo y el centro de la ciudad.
Día 4: Plovdiv
Aunque Plovdiv se puede visitar en un día, nosotros le dedicamos dos para ir más tranquilos. Así el segundo día pudimos callejear por el barrio de Batala para ver sus murales y disfrutar de los parques de la ciudad con nuestro hijo.
Día 5: Veliko Tarnovo
Aquí cambiamos un poco la ruta íbamos a parar en Tryavna, pero nos avisaron que la carretera era de difícil acceso. Por eso priorizamos Veliko Tarnovo la antigua capital de Bulgaria y nuestra última parada en este país.
De esta ciudad sobretodo cabe destacar su fortaleza, que sin lugar a dudas es el monumento más importante de la ciudad.
Y hasta aquí llega nuestro viaje por Bulgaria, hemos podido conocer la religión ortodoxa, su gastronomía, sus paisajes naturales, oler su aceite de rosas, pero sobretodo descubrir un país que nos ha sorprendido gratamente y del que hemos dejado de ver grandes parajes naturales para cuando nuestro hijo sea más grande, ya que ahora las rutas eran complicadas de hacer con él.
Nota: En este viaje hemos contado con la colaboración de Agencia VB de Yonka Viajes, a la que le agradecemos enormemente toda su ayuda a la hora de organizar nuestro viaje por este país.
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Интересно!