Lo bueno de vivir en el centro de la península, es que puedes hacer excursiones de un día a tan solo 3 horas de tu ciudad, este es el caso de la ciudad de Cuenca que con la buena comunicación que tiene con Madrid nos permitió ir un sábado por la mañana y volver por la tarde, tiempo más que suficiente para ver todo lo que hay que ver en ella.
Nosotros empezamos con una panorámica de la ciudad desde el mejor de sus miradores, e hicimos el paseo por los restos de la muralla y del castillo.
Luego nos detuvimos en la Iglesia de San Pedro y callejeamos por el casco histórico hasta llegar a la Plaza Mayor, centro de Cuenca y donde se encuentra su magnífica catedral. Luego visitamos su ayuntamiento y fuimos hasta el Puente de San Pablo, junto al que se encuentran las famosas casas colgadas, símbolo de la ciudad.
Nosotros aprovechando que nos sobraba tiempo nos acercamos al nacimiento del río cuervo y a la ciudad encantada, que si vas con peques les encantara, ya que deja volar su imaginación.
La Ciudad Encantada es un increíble paisaje kárstico creado por la erosión de los elementos y los procesos químicos de los microorganismos. El perro, la foca, los osos, el puente romano, la tortuga, los amantes de Teruel… durante el recorrido se pueden ver todas las figuras que la naturaleza ha tallado durante millones de años, aunque tener un poco de imaginación para ello jejejeje.